Entrevista a Nadia Ghulam y la situación de la mujer en Afganistán

«Si estamos en guerra, necesitamos educación para luchar con nuestro bolígrafo y no con armas»

Nadia Ghulam se identifica con un proverbio de su país que dice «los humanos son fuertes como piedras y finos como una flor». Una mujer fuerte y valiente que cada día encara el devenir de la vida. Débil y frágil ante tantas vivencias injustas. Conversar con ella te abre de golpe los ojos al mundo. Un testimonio que turba y te hace valorar la grandeza de las pequeñas cosas.

Nadia Ghulam nació en Afganistán, vivió feliz y en libertad, hasta que el régimen de los muyahidines provocaron una devastadora guerra civil. Con sólo ocho años fue víctima de una bomba que la dejó malherida durante dos años. Al salir del hospital, el régimen talibán se había instaurado en Afganistán y decidió suplantar la identidad de su hermano muerto, para sacar adelante a su familia. Once años más tarde viajaría a Cataluña, lugar donde ha rehecho su vida.

Estudiante de Educación Social y coautora, con Agnès Rotger, del libro El secreto de mi turbante (43 º Premio Prudenci Bertrana de Novela 2010) nos cuenta su propia historia y esclarece «el gran desconocimiento que hay sobre Afganistán y los regímenes fundamentalistas «.

Todas las restricciones que existen en Afganistán ¿Son fruto del régimen talibán?

Mi madre me cuenta que cuando reinaba el rey Zahir Shah, si alguien salía a la calle con burka, todo el mundo se reía. Las mujeres vivían en libertad. En cambio cuando los muyahidines subieron al poder, hubo una guerra civil y todo cambió: violencia, inseguridad, violaciones de mujeres, etc. Fue en ese momento cuando se impuso que las mujeres llevaran burka. Es curioso porque en el mundo occidental se asocia al talibán con el burka, pero fue previo.

Con los talibanes llegó la paz pero no la libertad …

Exacto. Las personas afganas ya conocieron lo peor durante la guerra civil (muyahidines). No había seguridad ni en los propios hogares, porque entraban en cualquier momento, con violencia y se llevaban a las mujeres y a las niñas. Cuando los talibanes asumieron el poder, pusieron normas estrictas que todos y todas debían cumplir. Mantuvieron la obligatoriedad de que las mujeres llevaran burka e impusieron que debían salir ,siempre, acompañadas de un hombre. Las mujeres Afganas eran conscientes de que no tenían la misma libertad que tenían otras mujeres, pero se sentían seguras.
En el ranking de los peores países del mundo para nacer mujer, Afganistán ocupa el primer lugar.

¿Qué solución ves?

La única solución que veo es a través de la formación. Históricamente las mujeres de Afganistán fueron mujeres muy valientes, libres, que hicieron cosas muy importantes por su país. Pero nunca han tenido la oportunidad de formarse como otras mujeres de otros países. Afganistán es un país que está continuamente en guerra y las mujeres, sometidas a represión. A pesar de la falta de seguridad, muchas familias prefieren que sus hijas estudien, aunque corran riesgos yendo a la escuela, porque saben que sin formación, no hay futuro.

Afganistán cuenta con un 87% de analfabetismo …

Debemos ser conscientes de que los países más desarrollados lo son, gracias a los más pobres. Desgraciadamente Afganistán es uno de los países con mayor riqueza en recursos naturales y mejor situación estratégica. Pero no interesa que progrese. Estoy convencida de que las mujeres de Afganistán aprovecharían la mínima oportunidad que tuvieran para aprender, porque lo valoran realmente.

¿Cómo ves los trabajos de cooperación que se realizan en Afganistán?

Creo que, como beneficiaria y cooperante de las ONG, realizan el trabajo con muy buena intención, pero no de la manera adecuada. Los hombres afganos de mi familia tienen miedo de que las ONG eduquen a sus hijas en contra de los hombres, de la sociedad o de sus propias familias … Creen que el resultado es muy negativo. La persona cooperante lo hace con buena fe, pero con la visión occidental. Y la realidad del país es otra. Creo que ayudar a alguien es darle herramientas, sin imponer nada, para que la persona ayudada sea capaz de ver por sí misma cómo salir de la situación.

Es decir, que en vez de ver las ONG como entidades cooperantes, las ven como entidades revolucionarias …

Por ejemplo, las ONG animan a las afganas a quitarse el pañuelo cuando llegan a la zona donde está la ONG, un hecho que provoca que la persona viva en una dualidad y que su familia o su entorno le pierda el respeto. Pienso que el trabajo de las ONG es muy importante y necesario, pero requiere mucho conocimiento de las necesidades del territorio, dejando de lado las propias. A todo el mundo le gustaría ver a las mujeres afganas sin burka, pero la pregunta es ¿Quieren ellas quitarse el burka? Seguramente sí, pero para llegar a ese punto, debe hacerse mucho trabajo previo. Para cambiar una sociedad, no se puede empezar con las personas más débiles, en este caso las mujeres.
Sin embargo, la ley otorga este derecho a la educación, a la propiedad y al trabajo de las mujeres …
Según la ley, hoy en día, todo el mundo tiene derecho a la educación, pero no es verdad. Desgraciadamente, una cosa es la realidad de un país y otra, la que se plasma sobre un papel.

Como ciudadana que vive en occidente ¿Cómo ves nuestra sociedad, nuestra crisis económica?

Yo no veo crisis … veo un mundo lleno de oportunidades. Creo que teníais un estado del bienestar, muy positivo en algunas cosas, pero que hizo que la gente se relajara mucho. Las nuevas generaciones se quejan mucho y no hacen nada. Manifestarse es algo muy bueno, porque es una expresión de la propia libertad, pero toda manifestación debe empezar por uno mismo, por exigirse las mismas cosas que se exigen a la sociedad. Todas las personas tenemos muchos deberes por hacer. Pienso que hay mucho trabajo. Veo muchos jóvenes que no valoran las oportunidades que tienen …

¿Crees que hay culpables de la situación de tu país?

No pienso en culpas, ni en venganzas. Los culpables, si los hay, están ante ellos mismos. En mi país hay un dicho: «nadie dice que mi yogur es ácido, todo el mundo dice que es dulce», es decir nadie reconoce lo que ha hecho. Debemos asumir la propia responsabilidad para construir.

El año pasado aumentaron en un 72% las muertes entre la sociedad civil debido a los ataques con avionetas sin pilotos, drones, por parte de los EEUU, está justificada, a día de hoy, esa lucha antiterrorista?

La guerra no se puede justificar. Ni por un lado, ni por el otro. Alcaeda lo justifica diciendo que se van al paraíso y los americanos diciendo que van contra el terrorismo, pero al final matan inocentes. No hay derecho. Yo no tenía culpa cuando lanzaron una bomba en mi casa. Y como yo, hay miles de personas, muriendo cada día. Los jóvenes afganos deberían oponerse a que se fabricaran armas en nuestro país.

¿Cómo se puede concienciar a las sociedades de primer orden ante esta problemática?

Yo les cuento a los niños y a las niñas de aquí, la realidad de Afganistán, un país que no está en guerra porque así lo haya querido. Les cuento que alguien ha fabricado armas, alguien quiere que se utilicen estas armas. A vosotros, los periodistas, no os interesa dar a conocer esas realidades, porque no os comprarían los artículos.

¿Se ha perdido la función social del periodismo?

Sí, totalmente. Sólo se habla de que en Afganistán ha caído una bomba y nunca se habla de dónde sale esa bomba. Deberíamos preguntarnos ¿Quién está detrás de todo? El periodismo debería desligarse del poder político y económico y trabajar por la justicia social.

¿Las personas somos irresponsables? ¿Qué crees que falla?

Falla la conciencia de la gente. Falta la necesidad de profundizar, de ir más allá de lo que nos enseñan y de lo que se revierte en dinero. Mi país siempre ha vivido en la desgracia y se empezó a hablar de él a raíz de los talibanes. Antes de ellos, estábamos bajo tierra, con heridas, mujeres violadas … la comunidad internacional estaba desaparecida, las ONG también, nadie nos conocía … hasta que los americanos quisieron mostrarnos al mundo … Se debería profundizar de dónde surgieron los talibanes, quiénes los formó como militares, quiénes les otorgó armas.

Últimamente se anunciaba que las tropas internacionales comenzarían a retirarse de Afganistán. España lo haría a lo largo de este año y EEUU lo haría progresivamente en los próximos años. Crees que llegará el orden social?

Si realmente querían irse, que hubieran formado y educado a las personas para cuidar de su país. Ahora, en el último momento, están dando armas a los jóvenes, que no saben ni leer ni escribir. Están instruyendo a personas que no saben el significado de la palabra PAZ, después de 35 años de guerra. Si tienen que irse ¡Que se lleven todas las armas!

Se comenta que el Nobel de la Paz, Barack Obama, dejará bases militares para controlar el acceso a la riqueza de gas y petróleo de la región …

Cuando llegaron, gastaron millones de euros y dólares en armamento y ahora que se van, lo vuelven a hacer. Hay intereses puramente económicos en la región, y Occidente no hace nada. La sociedad civil tiene mucho miedo. Todo el mundo está muy preocupado por lo que pasará, todo el mundo quiere irse y refugiarse en otros países.

¿Dejarán que se autodestruyan?

Es la manera de colgarse medallas y de hacer ver que la población afgana no sabe cuidarse, que necesita ayuda externa … es la única manera de justificar la ocupación del país. Un 85% de la población en Afganistán tiene problemas psicológicos. No necesitamos armas, necesitamos psicólogos. Si estamos en guerra, necesitamos educación para luchar con nuestro «bolígrafo» y no con armas.

¿Cuál es tu sueño?

Ayudar a las personas jóvenes de mi país a formarse. Poder transmitir la multitud de cosas buenas que he aprendido en Cataluña, las mismas que a mí me han ayudado a crecer como persona. A pesar de todo, soy optimista. Desgraciadamente morirán muchas personas y desaparecerán otras tantas, pero espero algún día ver el país, Afganistán, como yo lo imagino.

¿Tú estarás allí?

Siempre estaré allí.

(Marzo 2013)

Artículos relacionados